octubre 15, 2025

Perfil competencial: COMPETENTE EN EL USO DE LA INFORMACIÓN

 

Ofrecer habilidades, virtudes y fortalezas a nuestro alumnado es uno de los principales objetivos que nos planteamos desde el CES S. Ramón y Cajal. Con este fin, hemos diseñado un perfil competencial, formado por 15 habilidades profesionales, con las que esta institución educativa se siente identificada y mediante las cuales poder ofrecer una formación más completa y de calidad a la sociedad.

Vivimos en un entorno educativo y profesional cada vez más exigente, donde la autodisciplina, la gestión del tiempo y la capacidad de resolver problemas de manera autónoma, entre otras muchas competencias, son habilidades cada vez más valoradas y demandadas. Así pues, resulta crucial entender y fomentar estos hábitos desde temprana edad.

 

COMPETENTE EN EL USO DE LA INFORMACIÓN

 

La octava competencia que queremos abordar es la de Competente en el uso de la información.

La revolución digital ha dado lugar a lo que comúnmente conocemos como la “era de la información”, un contexto real donde la sociedad, especialmente los más jóvenes, se enfrenta a la inmediatez y a un flujo constante de datos. La libre disposición de información -internet, libros, prensa y otros canales de comunicación- genera grandes oportunidades, pero también riesgos de desinformación y manipulación. La sobrecarga informativa puede generar confusión y superficialidad si no se desarrolla la gestión de la información, como competencia esencial en la formación. Por ello, la educación debe formar ciudadanos capaces de seleccionar, organizar y usar la información con criterio, permitiéndoles diferenciar entre fuentes fiables y poco fiables De esta manera, podemos generar un aprendizaje autónomo, una participación activa en la sociedad del conocimiento y fomentar el pensamiento crítico para tomar decisiones.

Aquí se detallan algunas de las razones más importantes por las que es fundamental impulsar esta competencia:

  • Pensamiento crítico: la gestión de la información ayuda al alumnado a analizar y cuestionar la veracidad de las fuentes, suscitando la necesidad de contrastar datos.
  • Adaptación a la era digital: prepara a los estudiantes para desenvolverse en un entorno con exceso de información; ya que no basta con acceder a internet, sino que es necesario filtrar y analizar la información de forma crítica.
  • Eficiencia en las tareas: cuando el alumnado aprende utilizar la información de manera adecuada, es capaz de identificar rápidamente los datos más relevantes para cada situación. Esto evita perder tiempo en búsquedas innecesarias o en la consulta de fuentes poco fiables. De esta manera, se enseña al alumnado a optimizar su tiempo y recursos.


  • Responsabilidad: enseña a respetar la propiedad intelectual mediante la cita de fuentes y el reconocimiento del trabajo ajeno, evitando el plagio. También promueve el uso ético de los datos, lo que implica reflexionar sobre las consecuencias de difundir información falsa, incompleta o manipulada.
  • Aprendizaje permanente: desarrolla la capacidad de actualizarse constantemente en un mundo en cambio.
  • Confianza profesional: saber seleccionar y aplicar la información adecuada favorece la reducción de errores y el aumento de la calidad en nuestras labores,  lo que refuerza la seguridad personal y la confianza en las propias habilidades